Para los 100.000 funcionarios y empleados
públicos dependientes
de la Xunta, el 1 de enero arrancará con el vaso medio lleno o medio vacío,
depende de cómo se quiera ver. Porque a partir de esa fecha recuperarán en sus
sueldos el complemento de la extra perdido en el 2013, o la minoración directa
para aquellos que no tenían. Esto supondrá que sus nóminas actuales se
incrementarán entre un 2 y un 8 %, en función de lo ocurrido hace cuatro
años. Es un paso importante con el que ya se contaba, porque era un compromiso
trasladado por el Gobierno de Feijoo a los sindicatos desde hace meses.
Esos empleados públicos recuperan el salario perdido, sí, pero no
lo verán incrementado. Según se lee en una de las disposiciones de los
Orzamentos, «no ano 2017 as retribucións do persoal ao servizo do
sector público autonómico non poderán experimentar ningún incremento con
respecto ás vixentes a 31 de decembro do 2016». Esa
congelación salarial era un dato desconocido hasta la fecha y confirmado ayer por
fuentes de Facenda. El Ejecutivo gallego argumenta que toma esa decisión porque
se desconoce qué va a suceder en el conjunto de España con el sueldo de los
funcionarios, ya que las cuentas del Estado están prorrogadas y las nuevas no
se conocerán hasta enero o febrero.
La Xunta se anticipa así, como están haciendo otros Gobiernos
regionales, pero esto conlleva un riesgo: si desde Madrid se decide subir el
salario de los empleados públicos, tendrá que cambiar las cuentas y tirar de
otras partidas (el fondo de contingencia, por ejemplo) para cumplir con lo que
dicte el Estado. Por ejemplo, si se decidiera subir la retribución un 1 % -el
porcentaje que se incrementó en el 2016-, Facenda tendría que habilitar unos 36
millones de euros extra; ahora el gasto de personal consume unos 3.650
millones.
Fuente: lavozdegalicia.es