La
modernización tecnológica se abre camino poco a poco en los juzgados en un
proceso que no está exento de problemas. Una de las herramientas que con mayor
rapidez se ha implantado en la cotidianidad de los tribunales es el sistema de
videoconferencias. No en vano, en lo que va de año se han llevado a cabo 3.231
conexiones en las ocho ciudades gallegas. La ventaja es enorme, porque permite
hacer declaraciones de testigos y acusados a distancia, evitando las molestias
de un desplazamiento. El lado negativo se vive con cierta frecuencia y es que
cualquier fallo tecnológico puede derivar en la suspensión o retraso de un
juicio.En los partidos judiciales más importantes de Galicia el problema es
real.
En
Santiago, afecta especialmente a los juzgados de lo Penal, en los que se han
tenido que suspender juicios por la imposibilidad de realizar una
videoconferencia. En Ourense es la Audiencia Provincial donde más se percibe
este problema. Se han dado casos como el de un acusado que declaró desde Vigo
para aceptar una pena y, al fallar el sistema y solo dar imagen, el magistrado
que presidía el tribunal completó la comunicación teléfono móvil en mano.
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